19 diciembre 2006

Volver a estudiar
Siempre he sabido de las dificultades que supone estudiar un idioma a cierta edad. Nuestras neuronas ya no están frescas y no retienen con la misma facilidad que cuando éramos unos niños. Y de eso hace ya un tiempo...
El caso es que se me ocurrió hacer un posgrado online (lo prefería presencial, pero mi economía no puede permitírselo) para mejorar mi CV y, ciertamente, no sabía en dónde me metía. AVISO PARA NAVEGANTES: Se curra un montón!!! Muchísimo más que en las clases presenciales. A pesar de lo idílico que puede parecer, a priori, hacer campana y que nadie se entere, esto no es así. Hay tantas prácticas, lecturas y conversaciones en las que participar (y que cuentan para nota) que no das a basto desde el primer día. Una locura. Y todo el mundo parece super motivado, con un montón de ideas que a tí ni tan siquiera se te han pasado por la cabeza. Cada cinco segundos pienso "Dios! No sé nada de nada!!!" o "¿Pero cómo no se me habrá ocurrido eso a mí?". Entonces pasa lo que pasa, que te picas, que empiezas a buscar información para demostrar que tú también estás puesta en ese tema X. Y aún te agotas más. Pero no me malinterpreten, estoy muy contenta con el curso, eh? De hecho, han conseguido que por fin tenga unas Navidades diferentes a la media. Me las voy a pasar haciendo una práctica que cuenta para la nota final y que debo entregar, ATENCIÓN, el 2 de enero. Como es online, pues no se comtempla ningún periodo vacacional. Y ya me ves a mí, buscando desesperadamente quién me quiera dejar okupar su espacio internáutico para poder trabajar desde allí donde pensaba pasar unas tranquilas vacaciones navideñas. Si por lo menos, al final me aseguraran que iba a conseguir trabajo...

4 comentarios:

Andrea dijo...

Si lo estás haciendo superbien...

Carmen Salas dijo...

Gracias Andrea. Mis comentarios son pelín exagerado, supongo que por eso es un blog personal.
Estoy muy contenta con el curso.
Felices fiestas

Anónimo dijo...

¡Cuanta razón llevas!
Estaba leyendo tu entrada y me he sentido como si estuviera delante del espejo.
Sé que se suele decir aquello de: "Mal de muchos, consuelo de tontos", pero, qué quieres que te diga... Si veo que mis compañeros y compañeras de posgrado experimentan mis mismas sensaciones día tras día, ya no me creo tan perro verde.

Carmen Salas dijo...

Pues sí, no estamos solas Ariadna y, sin duda, eso ayuda a seguir adelante. Es la primera vez que hago un curso de este tipo y debo decir con total seguridad, que si no fuera por el apoyo que nos damos los compañer@s, el seguimiento del mismo sería mucho más difícil. Así que ya nos podemos considerar contentas.
Saludetes